Cuando nos empiezan a costar trabajo las rutinas
Estamos acostumbrados a hacer ciertas tareas, que por su cotidianeidad, no nos suelen suponer ningún tipo de esfuerzo, cosas simples, barrer, pasar la fregona, tender una lavadora, etc. Pero llega un buen día, en el que el hecho de tener que hacerlo, ya supone un pequeño esfuerzo, que poco a poco termina convirtiéndose en casi, una pequeña tortura.